martes, 31 de marzo de 2009

pensamientos y reflexiones...

Sombras y LUCES


¿Cómo se permite la doble moral, basada siempre en conceptos religiosos y supuestamente éticos, que no deja morir a una chica* que lleva en coma profundo 18 años, y en cambio se alienta la ejecución por inyección letal de un reo?
* Una chica italiana que con 17 tuvo un accidente de coche y lleva 18 años en coma.

¿Qué diferencia hay entre la muerte de un ser y el otro?

¿Porqué matar o ejecutar –que para el caso es lo mismo- a un reo, tiene las bendiciones de estamentos religiosos y sociales, mientras que, ayudar a morir a una persona que sufre, no está bien visto?

¿Acaso la vida de un reo condenado a muerte tiene un valor diferente que la de una persona que, en un estado casi vegetativo, desea poner fin a su sufrimiento?

¿Porqué estas personas sí han de sufrir de una lenta y dolorosa agonía, mientras que a los condenados por crímenes se les acorta ese “sufrimiento”, liberándoles de la vida?

¿Quiénes somos nosotros, como seres humanos para disponer de las vidas de los demás? Para decidir sobre su derecho a morir o vivir…

¿Acaso somos los dueños, los propietarios o poseedores de sus vidas? ¿De donde surge ese supuesto derecho?...

¿Cómo puede alguien asistir a la ejecución de otro ser humano, como si de un espectáculo se tratase?... ¿Es acaso posible hacerlo sin sentir un profundo odio y desprecio de la vida ajena?

La vida humana no consiste solo en el sustento del cuerpo físico; si no hay consciencia, alma y mente, ¿eso es vida?... ¿Si esa mente, consciencia o alma no se puede manifestar, es eso vida?

No se puede ni debe tolerar la hipocresía y cinismo social de las instituciones religiosas, que pretenden imponer sus criterios morales a todos, sean creyentes o no. Imponer unas conductas éticas, que por otro lado son incoherentes y contradictorias con sus propias creencias de base.

¿Cómo se puede seguir alimentando y sosteniendo ideológicamente una sociedad que ha fracasado en su sistema capitalista?

Hemos creado durante décadas un sistema monstruoso, que ahora quiere seguir alimentándose cada vez más, a la vez que ha crecido. Y ya no podemos pararle sin que nos destruya a nosotros.

Hemos creado un “Frankenstein económico-materialista”…

Hay que “matar” al monstruo cuanto antes…

No habrá cambio social ni económico posible mientras cada persona no sea consciente de su implicación personal en el sistema creado.

La única manera de frenar este desastre social humanitario y económico mundial, es que cada uno empiece a gastar y consumir menos, reduciéndolo a la mitad.

La solución a la crisis, ¿Consiste en que todos nos compremos un coche nuevo?... ¿Qué gastemos más comprando cosas que no necesitamos?... ¿No es esta una manera más de seguir sosteniendo y alimentando un sistema que ha demostrado ser inviable?